TRANSFORMACIÓN ARQUETÍPICA DE LAS CONSTELACIONES

SERIE: TRANSFORMACIÓN ARQUETÍPICA. CÓDIGOS DE LA NUEVA HUMANIDAD
Presentamos una serie de narraciones que se desarrollarán en la Nueva Tierra, historias sobre los procesos de transformación de la conciencia humana, relatadas por sus protagonistas. En estos relatos llenos de intención en la consecución de un nuevo paradigma, podremos sentir la gran capacidad humana, donde el amor incondicional, es el reflejo del duro proceso experiencial realizado.
Agradecemos que la información sea compartida. Equipo Seshat

LUNA LLENA EN ARIES - 12 DE OCTUBRE DE 2011

Comenzamos pues, con la Meditación de la Luna Llena de Aries, en el día de hoy 12 de Octubre de 2011…

Siento el Amor de Dios, mi Fuerza está en la Intención de mi Corazón.
Nos colocamos en nuestro espacio sagrado…
Relajamos el cuerpo, comenzando por las extremidades, tronco y cabeza…
Nos conectamos con nuestro ritmo de respiración y con nuestro Corazón Sagrado…
Sentimos como nuestra esfera de conciencia, penetra dentro del Corazón, abriéndose paso lentamente…
Solicitamos la presencia de nuestro Séquito de Luz y visualizamos como nos acompañan estos magníficos seres en este precioso y mágico viaje…
Un increíble y poderoso haz de luz aparece proyectado desde lo más elevado de nuestro Ser y se instala asimismo en nuestro corazón. Es la voluntad de nuestro Ser Superior.
Ante nosotros, se abre una gran puerta de intensa luz dorada, en su centro hay un vórtice energético, tan poderoso y amoroso que sentimos ganas de penetrar en su interior.
Al permitirnos ser absorbidos, accedemos a un espacio en el que el silencio es absoluto. Ahí nos reconectamos con todas las extensiones de nuestro Ser y con todos sus aspectos…
Sentimos profundamente la totalidad de quienes somos…
Comienzan a aparecer imágenes, de cuando éramos hombre, mujer, ricos o pobres, almados y desalmados, sanos o enfermos…
Todo se produce en el más absoluto silencio. Sentimos como si algo en nuestro interior se estuviera gestando, no podemos saber si somos adultos, niños o un embrión. Todo se confunde, pero sentimos tanto amor y tanta paz por lo que estamos viviendo, que un extraño éxtasis nos abraza, produciéndonos un estado de Amor tan puro, que no existe nada más en el Universo capaz de provocar ese sentimiento tan profundo…
Es el abrazo de Dios Padre y Madre…
De repente nos damos cuenta de que estamos en un amplio espacio al aire libre…
La luz penetra en todas direcciones…
Sentados en un suelo de hierba, verde intensa, estamos rodeados por una decena de niños y niñas…
Recordamos que nos encontramos en Mennufer, una de las más hermosas ciudades de la Nueva Tierra... un paraje insólito, donde la paz se funde con la vegetación, un lugar en el que los colores del arco iris, son el gran flujo cósmico proyectado por el Universo, ahora en estado de Gracia…
Un ciclón de gratitud nos inunda el Corazón, cada día que pasamos conscientes de esta realidad, nos sentimos más gratificados por la fe que la humanidad puso en esta consecución…
Ahora todo aquello por lo que tanto se trabajó, tiene sus frutos…
La Nueva Tierra es una realidad tangible, gracias al esfuerzo y sacrifico humano y a la voluntad del Creador…
Se escucha un leve alboroto cargado de intriga. Son los niños y niñas que se muestran impacientes. Sus ojos cristalinos, emanan una suave sensación de sabiduría, aún así, ellos sólo están dispuestos a saber más…
Les hemos prometido que les explicaríamos una importante historia perteneciente al pasado de los Seres Humanos y de sus experiencias en la Antigua Tierra. La mayoría de ellos no tienen consciencia de todo lo que se vivió durante eones en las diferentes eras y civilizaciones que forman parte de los akásicos de nuestro Planeta.
Para poder entrar en el relato que vamos a compartir, requerimos la presencia de la Madre Divina, la hermosa Madre de todos, que orgullosa aparece frente a nosotros. Requerimos también la presencia de Christo, Él, como poderoso director de la evolución planetaria, se presenta con una tierna sonrisa, haciéndonos partícipes del Amor Incondicional que tiene a toda expresión de vida. Por último, requerimos la presencia de Sanat Kumara, el Logos Planetario, quien a través del gran amor que siente hacia el Creador, ha brindado su Ser a nuestro Universo. Ellos fueron partícipes del proceso iniciador que condujo a los Humanos a la Ascensión Planetaria…
Sin más preámbulos que los de ofrecer a los niños más información sobre sus orígenes, comenzamos el relato…
Recuerdo que mi nombre era Aries…
Fui un soldado, guerrero y gran luchador, que portaba siempre las armas visibles, para que todo el mundo supiera quién era yo. Siempre estaba a la defensiva, y era tanta mi sinceridad que si tenía que ofender, ofendía, pues no soportaba las tonterías.
Según me dijo un día un Señor… mi actitud y mi comportamiento me perderían. Nunca le escuché, pues nunca necesité saber nada de lo que opinaba Él, por más que se empeñase en decirme lo que tenía o no que hacer…
Hasta que un día de repente… un fuerte e insoportable dolor, me obligó a caer de bruces. No recordé nunca más nada, sobre lo que me sucedió. Sólo recuerdo el agua de la lluvia golpeando una y otra vez mi cara…
En ese estado percibí mi vulnerabilidad, ahí tirado en el suelo, sobre el barro, me sentí una víctima de mi mismo…
La voz de ese Señor, me advirtió:
- Si pones la intención con fuerza en tu Corazón, saldrás de esta.
Los niños y niñas, comenzaron a sentirse muy intrigados por las reacciones y la forma de ser de aquel chico extraño. Se preguntaban qué le había ocurrido que se sentía tan duramente herido…
En la contienda, el arma del contrario me había atravesado. La sangre, escapaba a borbotones diluyéndose en la nada, con toda aquella agua torrencial. El ruido de los truenos, no dejaba de ocultar, los alaridos que surgían de mi boca, pues no me podría nunca más levantar y ser el mismo…
Hacerme consciente de que yo también podía ser débil y vulnerable, no estaba en mis planes…
Los niños y niñas se rieron estrepitosamente por las emociones tan inferiores que ese chico Aries tenía. Incluso uno de ellos, gritó:
- Pero si él se lo buscó. Si luchas, siempre hay un vencedor y un vencido. Pero si en lugar de luchar, te preguntas donde quieres llegar, eso deja de existir. ¿Acaso Aries no sabía eso…?
Le contesté que aún no lo había descubierto. Y proseguí con el relato…
Cuando abrí los ojos lo siguiente que recuerdo, es una balbuceante y tímida mirada, observándome detenidamente. Sus ojos, puestos en los míos, eran más que dos luces de amor, que alguien me estaba brindando...
Sentí como con una gasa untada en un líquido desinfectante, limpiaba dulcemente mis heridas. No decía nada, sólo me observaba y se compadecía...
Por ver primera sentí, que alguien no me observaba creyendo que era un acabado soldado, cobarde y mancillado por la pérdida del honor.
Le pregunté su nombre.
- Me llamo Libra, - me contestó, casi sin poder percibir su voz.
Sentí que la hermosa Libra, admiraba algo en mí. Me extrañé, pues que podía haber en mí, que a ella tanto la enorgullecía. Y fue así como se lo pregunté:
- ¿Qué es lo que sientes? ¿Qué es lo que ves en mí…?
- Descúbrete y te darás cuanta de quien eres realmente – me dijo, con voz de ángel.
- ¿Y cómo puedo hacer algo así…? – le pregunté.
- Ríndete a Él, entrégate a ese Señor que siempre te ampara y vela por ti. Ámale. – Tal y como dijo estas palabras, cogió y se fue…
Quedé postrado, entre las sábanas. Me sentí un adolescente. Ya no era tan osado, ni tampoco tan irreverente. Algo en mí había cambiado, tan profundamente que me erguí y con decisión supe lo que tenía que hacer.
Libra me estaba esperando. Siempre confió en mí, aunque eso entonces no lo sabía. Cogió mi mano y caminando, llegamos a una inmensa sala. La luz era tenue, en el centro giraba una translúcida peana. Tras las escaleras surgió la imagen de Christo, que caminó también hacia el centro de la Sala, situándose tras la peana. Nos puso frente a frente…
Colocó sus manos en nuestras nucas, la de Libra y la mía…
Nuestros ojos se fusionaron, mientras el Amor de Christo fluía por nuestros corazones…
Apareció también el Maestro, Sanat Kumara… acompañado de la Madre, quien con toda su presencia me brindó una humilde mirada.
Sanat Kumara, utilizando su mágica vara, que introdujo en mi Corazón, procedió a realizar mi primera iniciación. Un destello del más puro Amor, estalló en mi Alma, arrodillándome en señal de humildad, decidí dejar atrás, aquello que un día fui, sin por ello olvidar que lo que viví formaba parte de mi experiencia…
A Christo le rogué que extrajese una semilla de mi Corazón para que fuera plantada en el Planeta y alcanzara a Todo lo que en Él habita…
Christo, absorbió una partícula que diestramente entregó a la Madre… la Madre con la semilla de Luz en sus manos, procedió a entregársela a la Gran Madre de todos, es decir a la maga de este Universo. Ella, que es quien sostiene la sinfonía del Universo, sostuvo la partícula y con su magia, un sonido le otorgó…
Ahora sólo se escuchaba la dulce nota resonando con todo y con todos a su alrededor...
La Madre volvió a recoger la semilla y dirigiéndose al mismo núcleo del Planeta, con la dulce Gaia se encontró…
Gaia, la recibió encantada, siempre amaba la presencia de la Madre, sentía su gran Amor, en todo su Ser. La Madre le dio a Gaia, la partícula de semilla y fue así como ésta la plantó…
De repente haces de luces y sonido, brotaron del centro del Planeta. Rápidos y veloces ramales, treparon por el interior, hasta alcanzar la superficie. Recubrieron con un manto de sonido todo lo que tocaban…
Y siguieron trepando hasta alcanzar lo más sutil del Ser de Gaia…
Todo el Universo se hizo consciente de la transformación. La sinfonía sonó y sonó…
Los niños y niñas, rieron encantados por conocer como ese sonido penetró hasta lo más profundo de sus Corazones. Era un sonido que reconocían muy bien. No tenían idea hasta el día de hoy, de cuál era su procedencia. El relato los había hecho sentir una vez más, que no siempre todo es ni será igual…
Libra, de nuevo se puso frente a mí. Sus ojos y mis ojos se cruzaron de nuevo, con tal intensidad, que jamás podré olvidarlo.
Una gran brecha de profundo Amor, se abrió entre nuestros corazones, los haces, tal que vórtices de colores, se unieron, y desde lo más profundo de mi Ser, a ella le entregué todo lo que Soy.
- Coge toda mi fuerza siempre que la necesites, pues allí yo estaré. – Le dije.
Ella con verdadero Amor en su rostro, cogió todo lo que necesitó y mostrándose agradecida, a un precioso lugar me acompañó.
Salimos a la terraza, tras abrir un inmenso portalón. Desde aquel lugar podía verse, todo nuestro Universo. Cogidos de la mano, ella me enseñó, a mirar más allá de mis propios ojos, a saber que si mantengo la puerta abierta, puedo alcanzar múltiples sueños, pues ahora sé que mi rapidez, está puesta al servicio del prójimo. Sé reconocer donde se hallan las nuevas oportunidades de la vida y mi función es mostrárselas a los demás. La intensa chispa de mi Corazón, les hará a todos brillar.
Algunos niños y niñas, embelesados en la historia, sintieron ganas de llorar, era por la emoción de saber que Aries ahora sabía pedir perdón y perdonar.

Prometiéndole a Libra que nunca jamás de ella me olvidaría, no dudé en el siguiente paso que tenía que dar.
Subido a mi caballo y a mi habitual forma rápida de caminar, por un bello camino de piedras, me adentré hasta localizar, el Templo en el que se hallaba aquel Señor al que antes había llegado a odiar.
Alcancé el firmamento, di con el ansiado Templo, y a sus guardianes pedí permiso para entrar…
Una increíble cúpula, desde la que Todo se podía observar, permitía desde su centro, dejar a la luz del Señor entrar…
Me situé yo Aries, bajo la luz del Señor. Me arrodillé arrepentido, presentando redención al Altísimo…
La luz del Señor vibró. Fue tanta su vibración, que todo en el Universo se alegró de mi devoción.
Por eso, ahora siento y digo:
- Siento el Amor de Dios, sé que mi Fuerza está en la Intención de mi Corazón…
Después de presentar mis respetos al Padre, algo en mi Corazón ocurrió, sentí que deseaba hablar también con la Madre… por vez primera, reparé en la grandeza de su mágica existencia.
Apareció Ella, sencilla, grácil y enternecida…
Nos fundimos en un profundo abrazo, Ella sólo me dijo:
- Por fin, mi verdadero hijo ha regresado.
Y lloramos…
Cuando me di cuenta, los niños y niñas, lloraban conmigo, recordando aquel espléndido día, en el que conseguí transformar en mí, lo que ya no tenía cabida…
Una pequeña se me acercó. Se lanzó a mi cuello y me besó. Colgada de mi cuello, me dijo que ella era Libra. Y continuó diciendo:
- Quiero que sepas que tu fuerza me ha llegado. Que siempre que te he necesitado, has estado. Que después de tu transformación, nunca fui la misma, sino, mucho mejor.
Gracias de verdad por tu Gran Corazón…
No había reconocido a Libra. Miré a la niña directamente a sus ojos, era cierto, ahí estaba ella, la dulce Libra, quien limpió mis heridas y quien me acompañó en todo momento.

De repente, el sonido de los cuencos, nos invadió, recordándonos que era momento de regresar a casa. Tendríamos tiempo de continuar otro día con más historias. Relatos que la humanidad ha escrito y que nunca se podrán olvidar.
Nos levantamos y nos despedimos de los niños y niñas que han compartido con nosotros esta historia…
Les prometemos que cada mes con motivo de la luna llena, nos encontraremos, para continuar narrando estas importantes historias, en las que la concienciación, son la base fundamental de todo proceso ascensional.
Los niños y niñas saben, que ellos pueden vivir esa realidad, gracias a la profunda transformación que un día hizo la humanidad…
Lo que no sabe Aries, es que los niños y niñas conocen, como acaba la historia entre Aries y Libra…
Observamos como los niños y niñas se van a sus casas. Nos quedamos sintiendo el manto verde de la hierba a nuestros pies…

(larga pausa)

El vórtice de luz aparece de nuevo ante nosotros…
Sentimos su mágica atracción y nos sumergimos en su interior…
Entramos de nuevo en el más profundo silencio y poco a poco, de vuelta a nuestro Corazón Sagrado, sentimos como la burbuja de conciencia, se eleva y nos conecta con nuestro cuerpo de nuevo…
Sentimos las extremidades, el tronco y la cabeza y lentamente podemos ir abriendo los ojos…
Feliz Luna Llena a Todos…